sábado, 5 de febrero de 2011

Tierno y dulce sabor a tí.

Sumérgete en tu mundo. Cierra los ojos y abre la ventana que te enseña resumidamente tu vida. Observa tu alrededor y empieza a soñar. Olvida los malos recuerdos, atraviesa los caminos recorridos y continúa recto hasta encontrarlo. Pausa su imagen y estúdiala a fondo: bonitos ojos negros con traviesas pestañas que juegan a crear un abanico perfecto; bonita nariz que medio se esconde de todo; bonita boca de labios perfectos que esconden la más preciosa sonrisa y que, por desgracia, con pocos comparte; bonitas orejillas que, aunque pequeñas, escucharon mi vida con atención; bonito cuello tenía de inmaculado color piel que, como bonito era, bien perfumado iba; bonito su cuerpo de bonitos pectorales que lucía… y una infinidad de bonitas cosas que sin querer él escondía.


Descuida un momento su imagen y céntrate en su todo. Chico de simpatía agradable, lleno de risas y alegrías; de gran corazón y sin miedo a ser él mismo; atento como pocos y cariñoso como ninguno; con buenas maneras y sin inconvenientes a la hora de ayudar; gran amigo de sus amigos y mejor enemigo del mundo; y mil sentimientos que gritaba y otros tantos que ni veía.


Recuerda. Recuerda vuestros momentos: cada encuentro juntos; cada beso que sin pedirlo te regalaba; los mejores susurros que te dijeron al oído; cada caricia que sin miedo te hacía; el descaro con el que a veces te trataba; las frases que dolían y sin más él te decía; el dolor que te producía sin ni siquiera saberlo en su día.


Comienza a crear tu nueva historia que, aunque no sea real, te alegrará un rato la vida. Alza la vista y descubre las estrellas, el horizonte te espía con sigilo, la luz de la luna suaviza el tacto de la arena, la brisa ondea tu pelo suelto y escuchas su respiración que, ahora despierto, empieza a captar tu aroma… Te agarra de la cintura y tú, que estabas sentada, acabas tumbada a su lado entre sus brazos. El desastre más tierno… Tus pelos revueltos entre la fría arena, la toalla llena de arena, un frío que recorre tu piel y el fuego más intenso que te llega con su mirada. Una sonrisa desde arriba, otra desde abajo. Un beso simple, otro complejo, el siguiente aún más complejo… Risas revoltosas, cosquillas sin fin, hormigueo sobre la piel, mordiscos en tu oreja y silencio de fondo.


Bonita estampa aquella que sin miedo juntos hacíais fuerais donde fuerais. Poco queda ya de aquello pero te encanta recordar y crear… Amar, amar y, por si te quedas con ganas, volver a amar. Un dulce sueño con dulce sabor a tu boca.


~ Anabel Vaz. ~

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